El Tártaro, la Tortura tras la Muerte
Tras morir todas las almas de los mortales iban a parar al Hades, el inframundo. Allí eran juzgadas y en función de sus acciones eran enviadas a distintos lugares. El Tártaro estaba reservado para los criminales más atroces que eran torturados el resto de la eternidad,

Sísifo
Sísifo fue un mortal, rey de Corinto y padre de Odiseo, que fue condenado a muerte por los dioses debido a sus crímenes, entre los que se encontraba el de asesinar a aquellos viajeros que se hospedaban en su ciudad. Sin embargo, cuando Tánatos, el dios de la muerte, acudió a terminar con su vida Sísifo se las ingenió para encadenarlo provocando varios años en los que nadie murió, hasta que Ares liberó al dios. Sísifo fue capaz de evadir la muerte hasta su vejez cuando al fin la acogió de forma natural y fue condenado al Tártaro.

En el Tártaro Sísifo debía empujar una enorme roca redonda hasta lo alto de una montaña. Cuando por fin lo lograba, la roca caía rodando por el lado contrario a por el que había ascendido, y el desgraciado debía bajar y volver a empujar la roca ladera arriba. Y así para el resto de la eternidad.
Tántalo
Tántalo fue un mortal que gozaba con la confianza de los dioses por lo que fue invitado a una cena por Zeus. Sin embargo, la soberbia pudo con Tántalo empezó a fardar de está invitación y a revelar los secretos de los dioses a otros mortales. Pero este es el menor de sus crímenes, para devolver el favor a Zeus invitó a los dioses a una cena en su palacio y cuando la comida comenzó a escasear, descuartizó a su hijo Pélope y se lo ofreció a las divinidades. Los dioses se percataron del crimen y devolvieron a la vida al muchacho. Tántalo fue condenado a una eternidad en el Tártaro.

En el Tártaro, Tántalo fue sumergido hasta el cuello en un lago en cuya orilla había un árbol repleto de frutas. Tántalo sufría constantemente una sed y un hambre terribles, pero cuando se agachaba a beber del lago el nivel del agua descendía y cuando alargaba los brazos para coger las frutas del árbol las ramas se alejaban.