La Titanomaquia, el Albor de los Tiempos

Al principio solo existía el Caos, y de este surgieron Gea, la tierra, y Urano, el cielo. Gea y Urano tuvieron una gran cantidad de hijos, entre ellos, los Titanes.

Crono, el Hijo Favorito

Gea detestaba a su marido Urano y trató de convencer a sus hijos, los Titanes, para que lo asesinaran. El único que accedió a los deseos de su madre fue Crono, el más joven de todos. Armado con una hoz atacó a su padre y lo castró. De la sangre de Urano que cayó a la tierra surgieron los Gigantes. Crono ascendió al trono del mundo junto con su hermana Rea y gobernaron durante lo que se conoció como la Edad Dorada.

Crono, temeroso de correr la misma suerte que su padre, devoraba a todos sus hijos en el momento de nacer para que no lo derrocasen en un futuro. Rea, harta de esta situación, escondió a su sexto hijo, Zeus, y le dio a su marido una piedra envuelta en pañales en su lugar. Zeus fue criado por una ninfa llamada Amaltea hasta que fue lo suficientemente mayor para enfrentarse a su padre.

Dioses y Titanes

Zeus envenenó a Crono, obligándole a regurgitar a sus hermanos, después liberó a los Hecatónquiros y a los Cíclopes, hijos de Urano que había sido encerrados por Crono. Los Cíclopes, gigantes de un solo ojo, forjaron los rayos de Zeus, el tridente de Poseidón y el casco de la invisibilidad de Hades. Con ayuda de los Hecatónquiros, gigantes de cien brazos  y cincuenta caras, los dioses derrotaron a los titanes y Zeus se proclamó rey de todos ellos.